martes, agosto 12, 2008

Hablando de financiación - Otra vez

El gobierno parece haberse metido de nuevo en un berenjenal él solito, sin ayuda de nadie, al hablar de financiación autonómica. Es un debate necesario; el sistema actual es básicamente una chapuza confusa que separa de forma innecesaria ingresos y gastos. Cualquier sistema racional de organización de un sistema descentralizado debe partir de la idea que si uno quiere gastar dinero, debe ser también el que lo recauda, algo que las autonomías no hacen ahora. Si el estado quiere redistribuir entre comunidades, puede hacerlo sin problema repartiendo el dinero que él recauda como le plazca.

El problema estos días, como de costumbre, es la redistribución. El sistema actual redistribuye mucho, aunque es relativamente difícil decir la cantidad exacta. Lo que parece bastante obvio es que ninguno de los dos partidos tiene una coalición "natural" de autonomías apoyándoles; el PSOE tiene una autonomía rica (Cataluña) y muchas autonomías pobres, el PP tiene una combinación de ambas. Tanto el PP como el PSOE están divididos en este tema, así que las discusiones tendrían que afectar a ambos por igual; el debate, sin embargo, se ha centrado en el PSC, las protestas catalanas y los nacionalistas, otra vez.

No es que los socialistas lo tengan fácil para hacer que el debate no gire alrededor de Cataluña; lo que es directamente estúpido, sin embargo, es que el gobierno de la Generalitat y el gobierno central se dediquen a lanzarse críticas con esta alegría. Si los socialistas quieren hacer que el debate no se convierta en un todos-contra-el-gobierno, otra vez, hubiera sido una buena idea dejar que Cataluña hablara con las autonomías del PP que son sus aliadas naturales en este tema. Eso dividiría al PP, y evitaría que la oposición utilizara el tema demasiado; el debate sería más técnico. También evitaría la estupidez de tener a tu propio partido en Cataluña teniendo que competir con sus amiguetes nacionalistas a ver quién es más ruidoso.


La financiación debe revisarse; el sistema está roto. Lo que es bastante obvio es que hacer de la negociación una subasta, y no una discusión racional, es un tontería. Unos tienen que ceder parte del control centralizado de la recaudación, los otros tienen que aceptar mantener la redistribución a niveles razonables. El consenso es posible, y el equilibrio de fuerzas está ahí para hablarlo con calma. El PSC, para variar, parece que tiene ganas de hacer el divo demasiado.

2 comentarios:

CardinalXiminez dijo...

Es un tema demasiado apetitoso para obviar sus posibilidades para la demagogia. En fin, uno de los inconvenientes de tener un sistema como-que-casi-federal-pero-no, en lugar de agarrar el toro por los cuernos y aclarar las reglas del juego. Pero no estoy diciendo ninguna novedad.

Cambiando totalmente de tema: ¿se acuerda del caricaturista David Horsey, del que le hablé hace unos días? Dele una ojeada a su última joya

Anónimo dijo...

La política económico-fiscal de un gobierno debe de buscar siempre tres objetivos fundamentales; el crecimiento, la estabilidad y la redistribución.

Lo que está en juego en este momento es la redistribución de la riqueza. Pero partimos de dos principios básicos errados.

- Las autonomías no pagan impuestos (los pagan los ciudadanos)

- No hay autonomías ricas y autonomías pobres (hay ciudadanos ricos y ciudadanos pobres)

Numericamente hablando, hay mas pobres en Madrid o en Cataluña que en Extremadura o Galicia.

La cedencia o trnasferencia por parte del Gobierno central de competencias redistributivas de la riqueza como son la Sanidad, la Enseñanza la atención social, ect... que en principio es lógica ya que se aproxima la administración al usuario, está generando por otro lado tensiones interterritoriales ya que todos quieren tener el dinero suficiente para atender las necesidades de los ciudadanos que viven en su territorio.

El gran problema, es que España no un país rico (nunca lo ha sido en la historia reciente) y no hay dinero para todos.