martes, enero 08, 2008

Primary Colors (XXIV): el acabose, otra vez

Hoy el ciclo de primarias continúa. Excitación. Diversión. El acabose. Para variar, repito, New Hampshire; como siempre es una elección importante; mucho. Pero no, no es aún decisiva. Para preparar al respetable (y ahorraros la cobertura que le está dando la prensa española, que es como poco mareante) un resumen de lo que veremos hoy.

El estado: New Hampshire

Otra piltrafilla de estado al que sólo le presta atención una vez cada cuatro años, un 80% del tamaño de Cataluña y sólo un 1,2 millones de habitantes. Para Estados Unidos es como el Condado de Treviño. Comparado con Iowa, este minúsculo estado de Nueva Inglaterra es radicalmente distinto. Sí, la población es casi igual de blanca, pero política y culturalmente es muchísimo más liberal. Muchos menos evangélicos ultraconservadores, vaya. Aparte de eso, New Hampshire es uno de los pocos estados sin impuesto (estatal) sobre la renta o impuesto sobre ventas. Es un lugar donde aprecian que el gobierno no se meta con ellos, en pocas palabras.

En el partido demócrata...

Antes de Iowa, las encuestas daban un empate entre Hillary y Obama. Después de Iowa, Obama anda 10 puntos por delante. Las elecciones primarias tienen eso; el voto no es necesariamente ordenadito y evaluado en el vacio.

Lo cierto es que no es sólo Iowa. En los últimos días Obama está que se sale, mientras Hillary parece estar corriendo en círculos sin demasiado sentido. El debate de candidatos el sábado fue muy significativo; a Obama se le vió sobrado, tranquilo, llevando el papel de favorito con clase. Hillary, mientras tanto, trataba de criticar sin parecer arisca, dar imagen de cambio en plan imposible, y siempre con un tono algo cansado. No es que Obama estuviera arrollador, es que Hillary no estaba. De hecho, en un mítin el domingo casi llora en público de forma un poco extraña; se emocionó cuando le preguntaron cómo lo hacia para poner tanto esfuerzo en la campaña.

¿Edwards? por ahí abajo, a 20 puntos de distancia. Es demasiado sureño para el electorado de allá arriba, y se está quedando sin dinero.

En el partido republicano...

Dos debates esta semana, dos. Los republicanos se dieron de leña tanto sábado como domingo. En ambos casos la cosa fue como sigue: entran los candidatos, y todos dan de tortas a Mitt Romney. La idea, supongo, era aplicar eso de que cuando veas a tu enemigo con el agua hasta el cuello, ponle la manguera en la boca. McCain quiere ahogarlo para ganar en New Hampshire y resucitar su campaña, Huckabee quiere apuntillar a su rival conservador mejor financiado, Thompson quiere librarse de un potencial rival en South Carolina, y Giuliani quiere ser el único candidato del noreste con vida.

¿Cómo fueron las cosas? La verdad, fue bastante patético. El sábado (y ahora hablo de sensaciones subjetivas) Romney se comió más bofetadas que Rocky en un mal día; no es que le dejaran llorando (el tipo no deja de ser un político profesional) pero no contesto demasiado. Lo más curioso, sin embargo (y algo que han dicho otros, no sólo yo) fue que en el debate daba la sensación que los otros candidatos realmente despreciaban a Romney, y con ganas. McCain fue especialmente arrogante, en ocasiones casi despreciativo; lo cierto es que Romney más de una vez se quedó con la cara de "no me puedo creer que estos tipos sean tan bordes".

Lo divertido, sin embargo, fue el domingo. Los candidatos salieron todos con las mismas ganas de pegarle una paliza a Romney de forma un tanto inexplicable. Si, perder en New Hampshire lo dejaría muy tocado, pero no hundido; dos segundos puestos contra dos candidatos distintos en dos estados radicalmente distintos no es una muerte segura, por mucho que se empeñen algunos. Lo que sorprendió en gran medida es que Romney estuvo, a parecer de muchos (servidor incluido), sensacional; ya no lo pillaron por sorpresa, y se revolvió y contestó con una elegancia y un talento impresionantes.

Lo cierto es que el tipo me gusto. Romney es un candidato que nunca he adorado, más que nada porque cambia de opinión un poco demasiado a menudo; siempre he tenido la sensación que es un muy buen político que está desperdiciando su talento siguiendo lo que le aconsejan esos asesores que leen tantas encuestas.

El domingo el tipo estaba por algún motivo muchísimo más suelto, más preocupado de hacer lo que le pedían el cuerpo (repartir leña) que en parecer guapo y presidencial. La verdad, es un político más que decente; republicano clásico de Nueva Inglaterra, aristocrático, pragmático, reformista y electoralista en el mejor sentido. Como gobernador de Massachusetts aprobó una ley para crear un sistema de salud universal bastante ingenioso (semiprivado y muy parecido a lo que propone Hillary y Obama, por cierto), sin ir más lejos. El tipo es (cuando le dejan) un político estupendo, aunque su obsesión por agradar le puede.

¿Salvará el debate su campaña en New Hampshire?. Ni idea. El lunes en su campaña estaban de un humor estupendo; tanto que se permitieron hacer cosas como cantar Sweet Caroline en un mítin. No hay encuestas hoy (aunque es probable que una campaña tan profesional como la de Romney tenga una interna diaria), así que no se puede decir demasiado.

Paradójicamente, quien puede salvar a Romney es... Obama, y su efecto mágico sobre los independientes. Los independientes pueden votar en New Hampshire en las primarias. En una de ellas, para ser más precisos; o demócratas o republicanas. El gran rival de Romney es McCain, un tipo que según las encuestas saca una parte importante de sus votos de esos codiciados independientes. El problema es que Obama es un flautista de Hamelín a la hora de atraer esos tipos, así que puede dejar al senador de Arizona sin fuelle.

¿Ganará Romney en New Hampshire? La verdad, no lo sé; no es imposible. Si lo hace, curiosamente, tendrá algo de justicia poética; Huckabee gana superando a Romney sus anuncios negativos, Romney gana superando a los que le han despreciado. Salga lo que salga, seguirán habiendo un montón de candidatos con opciones: Huckabee (remotas), McCain, Giuliani, Romney y Thompson (remotas). La política es divertida.

Nota: os animo a leer los artículos anteriores sobre las primarias, por cierto. Los últimos (Iowa) para ver un poco la dinámica actual, y los muy viejos presentando candidatos para ver que parece mentira, pero no andaba demasiado perdido hace un año. Soy un maestro.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y a Ron Paul quienes lo votan? Supongo que solo los independientes.

Se agradecen estas crónicas, opinativas pero sin vísceras.

R. Senserrich dijo...

Por lo que he escuchado, gente joven; su grupo demográfico es menores de 30 años.

Y no, aunque algunos de Red Liberal insisten, no tiene ni la más remota opción. El tío está loco; en los debates parece un abuelo cebolleta despotricante.

Alex Guerrero dijo...

Discrepo con el inicio de tu post. Antonio Caño (el corresponsal de El País) no es un inexperto en EEUU (lleva casi una década aquí), y el artículo para variar si es bastante más acertado describiendo la realidad de las primarias que lo que suele ser habitual en la prensa española. Y sobre el frío terreno de Iowa.

R. Senserrich dijo...

Qué quieres que te diga... a mi la verdad es que me parece que se centra un poco demasiado en repasar encuestas y no explicar de qué va el asunto.

Pero vamos, ya sabes que llevo una temporadita poco satisfecho con El País. :-).

Marc Vidal dijo...

aunque tengo algunas diferencias con respecto a lo que comentas, tiempo habrá para discutir, te felicito por el esfuerzo de síntesis y orden.

Anónimo dijo...
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