sábado, junio 02, 2007

¿Qué hacemos con el Senado?

Desde que se inauguró la primera sesión del Senado, todo el mundo sabía que algo estaba mal. Pero, ¿qué hacemos con la Cámara Alta? La Fundación Alternativas acaba de publicar un trabajo de investigación que aporta novedosas propuestas. Dos son las reformas que proponen los autores: cambiar el sistema electoral y dar más "poder" a la Cámara Alta. Además, como señalan los autores, ambos cambios deben de realizarse de forma conjunta. ¿Por qué? El actual sistema electoral tiene un claro sesgo conservador: iguala distritos electorales que son muy desiguales y la geografía electoral hace el resto. Así, por ejemplo, en las últimas elecciones generales el PP obtuvo casi un millón ochocientos mil votos menos que la suma del PSOE y la ENTESA en el Senado. En cambio, el PP logró 10 senadores mas. Algo extraño.... Por ello, dar más poder al Senado mantiendo el actual sistema electoral no creo que goce del apoyo de la mayoría actual del arco parlamentario. Pero si cambiamos el sistema electoral y no le damos más poder, hemos empleado nuestro tiempo en una institución que continuará siendo irrelevante.

Es necesario introducir cambios en nuestras instituciones, y el Senado figura entre nuestras prioridades. En los últimos años, el Estado de las Autonomías se ha desarrollado enormemente. En cambio, la cámara de representación territorial sigue siendo inoperante. Si queremos cerrar el círculo territorial, la reforma del Senado debe de ser inmediata.

4 comentarios:

R. Senserrich dijo...

Eres un islamoprogretarra por sugerir eso. Si se reforma el Senado, ETA ha ganando.

Errr....

En fin, esto es lo que dirá el PP si se propone la cosa. Hasta que la oposición sea razonable, no hay nada que hacer...

Anónimo dijo...

Que lo cierren para ahorrarnos salarios,piscolabis y canapes varios...
Y el ahorro lo destinaría para bajar los "Impuestos" del pobre pueblo español que paga la "Fiesta Nacional del Canape Politico"

¡Que hemos hecho los pobres para merecer esto!

Anónimo dijo...

Se dice que Fraga dijo una vez, cuando le preguntaron porque habían optado por un sistema bicameral al redactar la constitución, que "tenían un edificio vacío y algo tenían que hacer con él".

Desde luego, visto lo que hicieron, las motivaciones podrían muy bien haber sido esas.

De todas maneras, creo que el cambio debería ir más lejos. Cambiar el sistema electoral y darle más poder alejaría, aunque no evitaría, que las dos cámaras tuvieran mayorías se signo opuesto. Y con la disciplina de partido que se estila en este país, el resultado podría ser algo ingobernable, aunque sólo el Congreso tuviera la potestad de nombrar y destituir al presidente del Gobierno (si tienen que elegirlo conjuntamente, apaga y vámonos).

Realmente sería necesario evitar un control excesivo de los partidos sobre diputados o senadores. Pero como es probable que se congele el infierno antes de que eso ocurra, la solución es eliminarlo directamente.

Anónimo dijo...

Pues sí, pues sí. No conocía la anécdota de Fraga, pero hasta suena verosímil.

Lo cierto es que lo del Senado es de traca. Ya tengo mis reservas acerca de lo que piensan la mayoría de los votantes cuando votan al Parlamento, es decir, que piensan/pensamos más en clave de escoger al jefe del ejecutivo que en el legislativo. Así que sinceramente creo que el 99% de los votantes no escoge el voto al Senado pensando estrictamente en lo que cada partido propone que va a hacer desde dicha cámara, sino por incercia del voto al parlamento.

Con esta situación, y el poco relevante papel de dicha cámara ¿qué coño hacemos con ella? Aunque es un tema del que se habla de vez en cuando siempre permanence en un segundo (por no decir tercer) plano, pero es inevitable que antes o después se le meta mano al asunto.

De la seriedad con que se haga dependerá la crediblidad de dicha cámara y del sistema en general. Espero que cuando se aborde se haga bien (por mí que se haga vía reforma electoral amplia, aunque haya que cambiar la constitución), pero no sé por qué me da que será más bien como lo que comenta Egócrata. Las habituales peleas de patio de colegio y gilipolleces varias a las que nos tienen acostumbrados, a las que habrá que sumar los intereses de la clase política (senadores en este caso) como tal.