lunes, julio 18, 2005

De quiebras y moralina

Xavier Sala-i-Martí tiene un excelente artículo en La Vanguardia de hoy, hablando de escándalos empresariales y explicaciones de por qué suceden:

Qué raro!: en el 2001, después de los escándalos de Enron y WorldCom, los expertos económicos de toda Europa inundaron los medios de comunicación con críticas al neoliberalismo salvaje (no se olviden lo de salvaje) norteamericano calificándolo de "capitalismo amiguista", "economía especulativa moralmente enferma" o de "sistema depravado, plagado de empresarios egoístas que roban a trabajadores y pensionistas". Se explicaba que los especuladores corruptos habían utilizado los hilos que mueven el lobby energético de Washington para que liberalizara la economía con el objetivo de evadir el siempre sano control público. En el otro plato de la balanza se ensalzaban los modelos europeos y, por encima de todos, el Mitbestimmung alemán (...)

(...) Lo que está claro es que el debate sobre la superioridad de un sistema debe hacerse en términos académicos como los que he descrito y no en discusiones sobre quién es más ético. Y es que el problema de evaluar los sistemas basándose en la moralidad de los jugadores se hace obvio cuando uno se da cuenta de que en todas partes cuecen habas y resulta que el monopolio del mangoneo no lo tienen los malignos empresarios norteamericanos, sino que todos, incluso los benévolos sindicalistas europeos, pueden caer en la tentación del mal. Lo digo por el escándalo que recientemente está sacudiendo a la empresa alemana (sí, sí, alemana) Volkswagen (VW), símbolo por antonomasia del tan alabado sistema empresarial europeo. (...)

Resumiendo, Sala-i-Martí habla de dos cosas que son muy ciertas, y que no pocos columnistas ansiosos de sangre olvidan cuando envían a parir un país, partido, sistema electoral o regulaciones económicas. Primero que nada sale gratis. Cualquier regulación empresarial o económica (y también la falta de estas) tiene sus ventajas e inconvenientes. Algunas son más "caras", otras más baratas, pero no hay cosas perfectas.

Segundo, y aún más importante, no importa lo bueno que sea el sistema, no hay nada a prueba de cretinos. Si hay alguien con mala leche, se las arreglará para llevarse algo, siempre. No importa dónde esté, la proporción de gente con mala idea es uniforme en todo el mundo. Por mucho que nos empeñemos, no tenemos soluciones perfectas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

claro sr. Sala-i-Martí lo que acarrea tener una catedra en columbus es nunca critiques la mano que te da de comer.
Seguro que en mexico hay mas corrupcion y por tanto los 4 accionistas de worldcom y enron que se jodan son las imperfecciones del sistema capitalista.